aveces me asusta no asustarme de ciertas cosas que en tiempos no tan lejanos me hubieran parecido catastrofes deformes.
definitivamente extraño ciertos talentos infantiles
como insultar de forma casi poetica,
o treparme a todas las rejas del mundo,
extraño lo mucho que podía significar un flan con dulce de leche en mi vida
o ser completamente feliz una tarde entera solo por estar subida a un buzon en plena calle.
aunque algo que no extraño para nada es el cuaderno de comunicaciones.